A LA SOMBRA DE LAS PALMERAS....

El Buen Oasis existe sólo ahora

Mañana las dunas serán otras, igual que otras serán las olas que ya no cogeremos.

El buen oasis es un estado para desconectar del tiempo y del espacio.

El buen oasis es ese estado en el que tienes ganas de reír , saltar , gritar, llorar...
ese estado en el que de repente eres consciente,

Eres AMOR , eres sólo energía
y
fluyes elegante!




El Puenting

Me convenciste.
Yo que nunca fui valiente (aunque tampoco cobarde)
decidí por un momento, dejar de ser prudente.
Yo no quería saltar, pero me convenciste.
Me hablaste de la experiencia, de como vivirlo, como sentirlo, como atreverse a experimentar algo que nunca había experimentado.
Sí, ya se... ¿cómo no vas a saber en que consiste?
Claro que sé.
Conozco el puenting, tengo amigos que lo practican, y en ocasiones les he acompañado en sus peripecias.
Incluso en una ocasión llegué a atarme los pies, y durante mucho tiempo, con mis pies atados al borde de ese precipicio desconocido, pensé en lanzarme... pero pasó el tiempo, el nudo se deshizo y cuando llegó el momento, en lugar de saltar, volví a casa.
Esta vez creí que sería distinto.
Cierto es que tampoco era tan mala esa sensación de tener los pies atados, que estuve a punto de saltar y me había quedado con las ganas.
Pero no esperaba yo tener que saltar tan rápido, tan pronto, creía yo que todavía no estaba preparado.
Pero me convenciste.
Desde el primer día me convenciste, me ilusione con la idea de lanzarme, me hablabas tranquila, expresando tus deseos y esperanzas ante el salto.
Reconozco que como tengo tendencia a contestar a todo que sí, me animé rápidamente influenciado por una intensa sensación de felicidad que hacia tiempo no sentía.
Pasó el tiempo, resulta que saltar no es tan fácil, requiere preparación previa, conocimiento del medio y sobre todo que el horizonte esté limpio y libre de tormentas.
Reconozco también que el miedo apareció cuando la primera vez que me dispuse a saltar un trueno y mil rayos , centellearon sobre el puente.
 Así que dejé pasar un par de meses mientras el clima en su tendencia natural ( creía yo) se calmaba.
Y volví convencido para saltar, practicamente con la cuerda atada a los pies nos subimos al coche y fuimos al puente.
Tu no te creías que fuera a saltar, ahora con la visión que da el tiempo, creo que tu tambien tenías miedo , pero no me lo dijiste.
Veía tus ojos, querías que saltara... yo estaba acojonado... tartamudeaba mientras notaba como mis pies iban perdiendo movilidad a medida que la cuerda los rodeaba.
Pero ahí estaba yo, ante ti, con mi cuerpo, mi mente y mi espíritu gritandote: ¡ lo ves! Estoy dispuesto a saltar! No tengo miedo. Quiero arriesgarme y saltar.
Pero era como si tu no te lo acabaras de creer en ningún momento.
Y ahí estábamos. Servidor con sus pies atados a una cuerda, con la punta de sus dedos asomando a un vacío inimaginable.
Crucé al otro lado de la valla que protegía el puente.
Ni quería mirar para abajo. Uffff..... que miedito... madre mía.
Te miré a los ojos, sabía lo que significaba para ti ese salto así que ni me cuestioné si debía hacerlo o no.
Estaba convencido. Me habías pedido un gesto, y ahí estaba mi gesto.
Pero en tus ojos, aunque la alegría habitaba, también se  intuía el miedo a saltar, y la desconfianza que afirmaba que no yo saltaría, la duda que planteaba si realmente saltaría por ti o por mi... si realmente saltaría....

Te miré. Había llegado el momento. Me pediste saltar y ahí estaba yo, en el otro lado de la valla del puente demostrandote que no tenía miedo. Cogí aire. Te miré de nuevo... y como un ángel salté hacia el vacio.... y mientras mis pies se desprendian del puente, mientras la gravedad me chupaba , antes de que el microsegundo de ingravidez desapareciera.... ví como corrías lejos, hacía el bosque... alejandote del puente, de la cuerda, de mí...
Como soy un poco ingenuo pensé que irias al baño, y como ya estaba en el aire, tampoco podía hacer mucho más que disfrutar el momento... 
¡ Qué sensación! El vacío, el volar, la caída libre, la adrenalina, perder el control y confiar únicamente en la cuerda que nos une...
Y volé. volé volé.... y llegué a lo más hondo del valle.
Allí hasta donde la cuerda se tensó , hasta allí llegó todo mi universo.

Pasó todo tan rápido, tan intenso, tan adrenalínico que no tuve tiempo a mirar para arriba hasta que la cuerda dejo de balancearme.
Y entonces todo el valle se nubló de silencio.
... y allí estaba yo, en el fondo de un valle, lanzado al vacío, unido a una cuerda, atada a un puente muy poco transitado.

- ehhhhhhhhhhhh!! ola?? socorro!!No estabas tu,  no había nadie, te buscaba , pero no respondías.... mi ingenuidad me mantuvo tranquilo durante un rato, pero media hora después comencé a darme cuenta de que quizás no habías ido al baño.

No tenía mucho que hacer.
Evidentemente no iba yo a cortar la cuerda para despeñarme de cabeza contra los riscos.
Mucha gente no había en aquel paraje
y la noche estaba a punto de llegar...
Respiré tranquilo y no pude evitar sonreir al ver la imagen de mi mismo convertido en una carta del tarot:
el colgado...

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( y apoyado en un texto extraído del CABARET MÍSTICO de A. Jodorosky)

Comparto contigo la carta y un pequeño texto:





¿Qué representa?

Representa a un andrógino colgado de un pie entre dos árboles, que simboliza el don de sí mismo, un estado de meditación en el que cesa toda petición. En algunas versiones, de sus bolsillos caen monedas de oro… Es un canal de riquezas cósmicas ya que ha dejado de apropiarse de sus múltiples egos

¿Se puede explicar de alguna otra manera?

Hay un chiste, en el que un niño llega de la calle con una bolsa de caramelos, se encierra en su habitación y se los come. Su hermanita entra y le dice:
-Egoísta, te has comido todos los caramelos y ni siquiera pensaste en mí.
Contesta el niño: Claro que pensé en ti, por eso me los comí tan rápido

Ahora, expliquemos el chiste…

Dice Alejandro Jodorowsky que por miedo a salir de nuestra cárcel individual, consumimos nuestra vida rápidamente (como el niño sus caramelos). Nos intoxicamos con drogas, alcohol, tabaco, trabajo, sexo, basura televisiva, modas, notoriedad, o sórdida vida social…

¿Es una cuestión de consciencia?

Cuando nos convertimos en un canal de riquezas cósmicas, nos ocurre como al Colgado. Este no piensa, es pensado. No ama, transmite el amor. No desea, obedece los designios universales. No hay nada para él que no sea también para los otros. Todo lo que da, se lo da también a sí mismo.
Alejandro Jodorowsky, Cabaret Místico

Y si El Colgado hablara…

Estoy en esta posición porque así lo quiero. Yo corté las ramas. He librado mis manos del deseo de asir, de apropiarme de las cosas, de retener. Sin abandonar el mundo, me he retirado de él. Conmigo podéis encontrar la voluntad de entrar en el estado en que ya no hay voluntad. En que las palabras, las emociones, las relaciones, los deseos, las necesidades ya no os atan. Para desligarme he cortado todos los lazos, salvo el que me liga a la consciencia.
Tengo la sensación de caer eternamente hacia mí mismo. A través del laberinto de las palabras, e busco, soy el que piensa y no lo que es pensado. No soy los sentimientos, los observo desde una esfera intangible donde solo hay paz. A una distancia infinita del río de los deseos, solo conozco la indiferencia. No soy un cuerpo, sino quien lo habita. Para llegar a mí mismo, soy un cazador que sacrifica su presa. Encuentro la acción candente en la infinita no-acción.
Atravieso el dolor para encontrar la fuerza del sacrificio. Poco a poco me deshago de lo que podríamos llamar “Yo”. Entro en mí mismo incesantemente, como un bosque encantado. Nada poseo, nada conozco, nada sé, nada quiero, nada puedo.
Sin embargo, universos enteros me recorren, me llenan de sus torbellinos y se van. Soy el cielo infinito que deja pasar las nubes ¿Qué me queda? Una sola mirada, sin objeto, consciente de sí misma, haciendo de sí misma la última y máxima realidad. Entonces estallo en pura luz. Entonces me convierto en eje de una danza total, en agua bendita a la que vienen a beber los sedientos.
A partir de ese momento soy el aire puro que expulsa as atmósferas viciadas. A partir de ese momento, mi cuerpo atado se convierte en fuente cataclísmica de la vida eterna.
Solo soy un corazón que late, que propulsa la belleza hacia los confines de la creación. Me convierto en la dulzura apacible en cualquier dolor, en la incesante gratitud, en la puerta que conduce a las víctimas a éxtasis. El camino en pendiente por el que uno se desliza hacia arriba. En la viva luz que circula en la oscuridad de la sangre>>.

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PD: Sigo colgado debajo del puente. Han pasado unos cuantos días pero no has vuelto. He contado todo lo contable para matar el tiempo( las rocas, los arboles, los segundos mentales que tardó un oso pardo en cazar un salmón, las vueltas del azor alrededor del cielo, el número de buitres que ayer atardeciendo hicieron acto de presencia...) pero no ha ayudado a salir de aqui.
  Supongo que ya no saltarás.
Básicamente porque hace días que te ví correr por el puente alejandote de mi.
 Ojalá me equivoque y saltes. O no... No lo sé. Es tu camino, no el mío.
 Yo sigo buscando la forma de volver.
 La cuerda no la voi a cortar, escalarla se me antoja imposible debido a la debilidad acumulada por falta de alimento...
Si no quieres saltar lo entiendo.
 Si no te apetece venir a recogerme a mí que si he saltado, lo entiendo...
pero ....
avisa a alguien, por Dios! para que me vengan a buscar!! :D