El surf puede ser muchas cosas: puede ser un deporte, una forma de vida, un campo de batalla, una experiencia mística, una competición, una "COMPARTICIÓN" ( compartir + acción). Puede ser lo que tu quieras que sea.
Personalmente, creo que es más que un deporte, incluso me atrevería afirmar que es más que una forma de vida: es una forma de fluir-vivir, de aprender a fluir-vivir.
Esta semana el mar reposa , está tranquilo, descansando, quizás preparandose para lo que pueda venir...
Hay poco mar en casi todas partes y debido al turno que tengo ahora en el trabajo, las playas en las que podría darme un pequeño baño están lejos y son incompatibles con mi horario.
"No hacen falta olas para fluír"
El surf nos lo enseña cada día , nos enfrenta con nosotros mismos para hacernos conscientes de cual es la actitud que tenemos mientras corremos una ola arriba y abajo, arriba y abajo...de como disfrutamos ese momento, porque es un momento único, es un segundo que se para y se convierte en eterno.
Las olas vienen y se van, igual que viene la vida y luego se va.
Tú decides que ola escoges y tu asumes las consecuencias.
La elección siempre va a ser la correcta, pero la enseñanza distinta.
No se aprende lo mismo en una ola larga y solitaria que en una barra que te engulle y te aplasta contra el fondo.
Pero siempre se aprende algo.
Aprendo que soy yo quién toma la decisión y yo quien asume las consecuencias.
Aprendo a intentar elegir olas largas.
Aprendo que la barra machacona es una oportunidad más para seguir aprendiendo.
Aprendo...
"No hacen falta olas para fluír"
Y es lo que ha tocado esta semana, no he podido mojarme la cabeza en unos cuantos días, pero sin embargo, he disfrutado.
El mar no ha traído olas, pero ha traido música, gente y buenos momentos.
