A LA SOMBRA DE LAS PALMERAS....

El Buen Oasis existe sólo ahora

Mañana las dunas serán otras, igual que otras serán las olas que ya no cogeremos.

El buen oasis es un estado para desconectar del tiempo y del espacio.

El buen oasis es ese estado en el que tienes ganas de reír , saltar , gritar, llorar...
ese estado en el que de repente eres consciente,

Eres AMOR , eres sólo energía
y
fluyes elegante!




El desierto

Cálidos tonos de mantas doradas forman dunas sobre el camino.

Acostumbrado al frío y a buscar el calor dentro, difícil es la vida cuando el calor suda en sus poros
y arrastra consigo el invierno.La senda se ha vuelto dura para el peregrino.

No es más grande su pena que un cristal de arena fina pero los retales del pasado se agolpan al viento, contra la cornisa,  formando dunas que vierten el vértigo sobre la gravilla.

Huído, en el desierto vacío de su espíritu, recorre las sendas de siempre con alguna piedra en el zapato.
Algunas decisiones le arrastran hasta vidas pasadas, situaciones ya vividas, de las cuales conoce los tiempos, y la distancia entre el efecto y la causa. Mas  su experiencia le incita a descartar sin previo aviso la mala práctica.

Otras sendas le devuelven a su infacia cuando el calor de madre y el cariño de padre le arropaban en la cama, mientras ingenuo cerraba sus ojos y sus progenitores en cuentos leídos soñaban.

Otras sendas, como siempre, son nuevas, y le transportan a nuevas vidas, nuevas ilusiones, proyectos y esperanzas. Son sendas vivas, originales, recién creadas, dispuestas a ser transformadas en vías de uso con el paso de los años. Son sendas que marcan futuros abiertos.

Pero el peregrino no para. Continúa caminando en el desierto. Sin huellas que seguir ni estela que pueda ser rastreada, los vientos de la noche ocultan la vía trazada y las dudas sobre el camino se apoderan de él.
No hay rastro por el que volver al punto de inicio. El viento y las huellas  han jugado al escondite con las dunas y han desaparecido.
Tampoco hacia el futuro la esperanza es mucho mayor. Una enorme extensión de dunas, arena, sequía y desierto se abren delante de sus ojos sin capacidad para atisbar cuantas lunas podrá sobrevivir en ese ecosistema.

Sin embargo, perdido en el centro del mayor desierto conocido, con la sequía limitando su capacidad para pensar y crear, con sus pies cubiertos de llagas y un espíritu alejado del padre, el peregrino seguirá caminando más allá de los limites del yermo porque si algo ha aprendido durante sus jornadas baldías es que solo en sus pies, solo en la comunión entre  la esencia de su alma  y su destino, puede encontrar el camino correcto..

mou de lugo