Así como el río busca al mar,
el padre busca al hijo.
Y tanto es el hijo del padre
como el padre del hijo.
Así como el río busca al mar,
el padre busca al hijo.
Y sin noticias, cerrado al mundo
desaparece el primogénito
a sus treinta y dos años,
casi es la edad del Cristo.
Asi como el río busca al mar
el padre busca al hijo.
En sus ojos amor
y en sus ojos pena
la necesidad de encuentro
grita ¡compasión señor!
desde la acera.
Así como el río busca al mar
el padre busca al hijo
y tanto es el hijo del padre,
como el padre del hijo.