Nieve, nieve y nieve.
Fría y blanca nieve.
Esto es lo que encuentra el viajero en invierno.
Los pasos de montañas se hacen duros al subir por los caminos desaparecidos entre los copos.
Cada cumbre le cuesta un poco más que la anterior y el cansancio se presenta pronto en las cortas jornadas de invierno.
Las ropas que lo salvan del frío son las mismas que le complican el andar.
Son buenas prendas, gordas y de lana vieja. La capa externa es impermeables al igual que sus corroidas, aunque resistentes, botas.
Cubierto de retales del pasado, arrastra mochila y bastón luchando contra el frío y la ventisca.
Nieve, nieve y nieve.
Fría y blanca nieve
Nada le es ya extraño.
La nieve cubre toda la extensión que su vista alcanza a ver.
Todo es blanco, gélido,puro.
Como si el tiempo se hubiese congelado entre laderas, el viajero no tiene noción del tiempo.
Las nubes bajas guardan con celo el ciclo del astro solar por el cielo y solo la propia claridad del día permite distinguir el día de la noche.
Nieve, nieve y nieve.
Fría y blanca nieve
¡Cuantas veces ha tenido el viajero que inventar un refugio!
¡Cuantas veces ha tenido que vivir la noche sin el calor de una hoguera!
En días de invierno, la noche no avisa cuando llega.
Y si no estás preparado...(pasar una noche en la nieve)