el hombre que hacía volar a los pájaros dijo,
cobre sobre lana
reventaban entre las migas
los trozos de porcelana
Cuando la ciudad duerme,
hermano sobre hermana,
oculta el barrio los besos
que en su maleta guardó el alba,
y no dura más el último que el beso primero
y no dura más la noche que la mañana:
será corto el que recibas
y eterno
el que no llega en ninguna madrugada..
"Los besos no tiene edad"
dijo aquel con quien los pájaros volaban
recogiendo su rota loza
sorbió su tibia tisana:
"para saber volar con ellos
no basta con abrir su jaula"
mou