A LA SOMBRA DE LAS PALMERAS....

El Buen Oasis existe sólo ahora

Mañana las dunas serán otras, igual que otras serán las olas que ya no cogeremos.

El buen oasis es un estado para desconectar del tiempo y del espacio.

El buen oasis es ese estado en el que tienes ganas de reír , saltar , gritar, llorar...
ese estado en el que de repente eres consciente,

Eres AMOR , eres sólo energía
y
fluyes elegante!




PEDRO ABRIL. La fabula del hombre plomo

Pedro Abril era rubio y risueño. De melena larga y cola de caballo.
Tenia una barba tupida entrelazada de tonos marrones otoño y dorados primavera.
Era alto y elegante.
Le gustaba vestir con su propio estilo casual. "Casual" para él significaba que se ponía lo que por casualidad encontraba por casa, pero el cabrón tenía estilo y mantenía intacta su elegancia.
No era gran amigo de la estética pero siempre vestia camisa.
Trabajaba en un banco.

Un noche de taberna, acompañados del calor del vino y la lumbre, me mostró un papel mal doblado y grasiento que había escrito.
Hacía tiempo que había conocido a Pedro Abril, era un hombre tosco en sus formas pero puro y limpio en sus principios.
Pedro Abril no era escritor. Me explicó que la última vez que nos vimos, después de hablar sobre nuestros trabajos y nuestras aficiones, sintió el gusanillo de escribir.
Yo le había hablado del placer que me producía jugar con las palabras. Quizás ese fue el detonante para que aquella noche, tras despedirnos, comenzara sus andazas literarias.
Me dijo que al llegar a casa, decidió deshagorse y aprovechó un papel que había utilizado para que el aceite de freir patatas no manchara la encimera como cuaderno de notas y comenzó a coleccionar palabras sobre aquella hoja muerta.
Mal dobló y  guardó en su abrigo el documento, dispuesto a no enseñarlo, pero al reencontrarse conmigo, con el vino y con la lumbre decidió elevarse sobre los presentes, subirse encima de la mesa y adquiriendo el rol de orador medieval, comenzó a leer:



"No es un secreto que a mi jefe no le guste mi peinado.
Tampoco lo es, deciros que su forma de ver el mundo es como la del burro con anteojeras , incapaz de ver más allá de lo que tiene delante o, en su defecto , de lo que le han dicho que tiene que mirar.



Es un hombre relativamente joven por edad , podría tener, si se lo propusiera, toda una vida plena y feliz pero le falta VOLUNTAD para ello y vive triste, cabizbajo y amargado.

Su mente arcaica y su cuerpo deformado y rígido por el paso de los años, limitan sus acciones y sus pensamientos, y sin voluntad, el CAMBIO no es posible.


Podría pasarme horas criticando constructivamente la miopía que sufre su mente y su espíritu, pero prefiero centrarme en la COMPASIÓN que me produce verlo ahí encerrado en su despacho, sin sonreír, un día tras otro, viendo números y mas números delante de un frío ordenador  y poniendo cara de malo para intentar intimidar porque así se cree mas jefe.



Estadísticas de ventas de activos, de plazos de demora, de tiempos de café, de los minutos que estas de pie, cagando o del tiempo que hablas con tus compañeros. Una reunión de 2 o 3 individuos prácticamente es una reunión ilícita porque en lugar de hablar y preocuparte por la gente con la que convives a diario, tienes que trabajar a destajo.

No hay tiempo para charlas que no generen beneficios.

Desgraciadamente, mi jefe esta deshumanizando una empresa buena. Desconozco si los reyes impuestos que a él le ordenan son conscientes de esto, o si como él, no se preocupan demasiado de los soldaditos mientras los números encajan..."


Pedro Abril sorbió un poco de vino tinto, y con los ojos llenos de impotencia, continuó:

"El  mayor problema de mi jefe es que no tiene la más remota idea de lo que es ser un líder natural.

Es un sinsentido ser jefe y no lider, lo se, pero el ficticio universo de las multinacionales lo ha colocado , cual títere de infantes, en una cajita cerrada llamada despacho y con unas 200 personitas a su cargo.

200 personas son muchas marionetas y con tanto cable y cuerda el hombre se ofusca.

Así que, como nunca tuvo la suerte de vivir el titiritero circo, ni de conocer realmente la felicidad plena (quizás si y la ha olvidado) o conocer como se mueven los hilos de los sentimientos humanos, él prefiere , sin remordimientos, cortar todo el cableado y cual soldaditos bien emplomados, colocarnos uno a uno en donde más le gusta a él y así sentirse fuerte, poderoso, e intentar de paso, evitar que nadie se mueva y rompa filas, no vaya a ser que los agujeros que va tapando y parcheando, de repente se abran y toda la mierda que esconde salte por los aires.

No es un secreto que a mi jefe no le guste mi peinado , ni mi felicidad , ni mi sonrisa.

No es un secreto que cada día intente seducirme para que abandone mi puesto de trabajo, algunos días de “buen cínico rollito” me suelta la de : “ Igual tienes que buscarte algo que te guste más” y otros, venas y arterias hinchadas en su cuello, con la cara roja y ardiente, los ojos transformados en fuego y los capilares marcados en su frente, me recluye en su despacho y convirtiendo su boca en un huracán de gritos descontrolados me suelta la de “ ya sabes donde esta la puerta!” y otras lindezas y groserías que por RESPETO hacia el mismo , no voy a citar.

Cuando pierde su DIGNIDAD y se posiciona por encima de la mesa que nos separa, como queriendo y necesitando mostrarse superior, como intentado dejarme claro que el es el jefe , como intentando convencerme de que no estoy aquí para pensar sino para hacer lo que se me ordene acatando las ordenes por sumisión y obediencia, cuando intenta insinuar que aquí se hace lo que el dice ( aunque no predique con el ejemplo), es en ese mismo instante cuando , el mismismo Satanás deja de darme miedo y comienza a darme LÁSTIMA..


No es un secreto que a mi jefe no le gusten mi peinado y posiblemente, tampoco le gustara la fábula del hombre plomo.

Si recordáis la parábola de los soldaditos iniciada unos párrafos más arriba , os contaré el gran secreto del guerrero de plomo " -
 continuó  Pedro Abril mientras los efluvios del último sorbo de vino tinto recorrían su interior -

El “General” no sabe que el humilde guerrero, no llegó hasta esta batalla movido por los hilos circenses de las marionetas, sino por los inescrutables caprichos del destino…
...y así al hombre libre nacido de la coherencia y de la responsabilidad social, la de verdad y no la que se vende y presume a través de cifras estadísticas en las multinacionales, no se le pueden cortar las cuerdas porque no hay cuerdas que lo muevan sino alas que lo alientan a seguir bien alto hacia adelante....


"El secreto mayor guardado por el creador de la fábula es que el guerrero de la luz que ellos tratan como soldado de plomo, no funciona atado a  cuerdas de marioneta sino recargando sus ganas de vivir cada día con la pilas de la libertad." 

Pedro Abril