Aquellas tardes buenas dónde nos sentábamos al sol para sentir la vida.
Crema al quemazón cutáneo mientras esperabamos sobre la hierba a que bajara la marea
Recuerdo cuando eramos jóvenes y nuestra casa era la playa.
Cuando los quehaceres diarios, que cada uno cumplía con su propia temporalidad, estaban resueltos, nos dirigíamos hipnotizados hacia el parking.
Allí siempre había alguien esperando, unos venían, otros iban, otros volvían... siempre con información "certera" sobre las olas.
- ¿ Que tal el baño?
- Genial - decían unos, nos echamos en tal playa y muy bien la verdad...
- ¿ Que tal el baño?
- Una mierda. Una barra en la orilla- decían otros que venían de la misma playa.
Siempre ha habido y habrá opiniones para todos los públicos