Me gusta el surf porque siempre aprendo algo:
Incluso cuando las agujas del reloj del tiempo se te clavan en los pies y te impiden ir hasta la playa, puedes experimentar otras sensaciones relacionadas con este mundillo surfico.
Todos queremos coger olas, cuantas más mejor. Y además, para darle más gracia al deporte( proximamente de masas)deseamos cogerlas solitos, sin nadie que las salte ni a quien saltar.
Por eso madrugamos, o surfeamos a la hora de comer, o hacemos km para alejarnos de la multitud en playas urbanas para buscar playas cada vez menos desiertas.
El surf, al igual que nosotros, no se escapa de la sociedad, aunque no sea masivo, ya formamos parte del mundo industrial, comercial y cultural importados por las grandes marcas desde otras zonas del mundo donde las "radioformulas surficas" ya han funcionado gracias la marketing y al "merchandaising"...
Porque mola. Mola surfear con sol, sin neopreno y dormir a pié de playa, pero el privilegio de pasar así la mayor parte del año pertenece solo a unos pocos.
El surf de aquí es distinto, ni mejor ni peor, simplemente distinto.
Aqui hace frío , en invierno los días son cortos y hay que currar para poder tener una tabla nueva o un neopreno un poquito más calido.
Aqui se te congelan las manos, tu te compras la ropa y te pagas la gasofa para llegar al pico.
Los días de trabajo son más que los días de vacaciones y además tienes otras obligaciones sociales ( aunque sea tan simple como hacer la compra porque la nevera está vacia o limpiar un poco la casa) que te robarán tiempo de coger olas...
Soñar es bueno, nos ayuda a avanzar, a crecer, pero los sueños, sueños son y el placer de aguas tibias y dias soleados serán pocos en estas latitudes.
Si escribo esto es a modo de reflexion y no como una critica hacia los grandes de este deporte , pues como a muchos, me encantaría poder vivir asi ( aunque solo fuera una temporada) pero el surf de aqui es distinto.
Y si quieres surfear en invierno, renunciarás a calidas tardes de sofá y manta, sufrirás el frío de primera hora incluso antes de salir de la cama.
Te mojarás, tendrás el pelo humedo el resto del día,te sentirás destemplado incluso en sitios de agradable temperatura.
Cuando te cambies al salir del agua de un día borrascoso, tu ropa o tus calcetines acabarán tanto o más mojados que tu neopreno.
Tus manos serán garras de pajarraco y te irás de la playa chancleteando con las botas por no tener modo de atarte los cordones gracias a la hipotermia.
Cogerás gripes y catarros gracias a los cambios de temperatura.
Toserás, estornudarás.
Tu nariz será una fuente de goteo acuoso constante.
Cogerás tu pañuelo, de tela o de papel y destrozarás la parte exterior de tu nariz.
Tu traje no secará de un día para otro.
Te granizará, te nevará.
Sentirás como cada vez que haces un pato, tu cabeza se comprime casi hasta explotar.
Sin embargo, igual que hoy...
Mañana volverás a buscar olas...
Foto: internet