En ocasiones mientras el viajero recorre sinuosos valles, detrás de un matorral "salta la liebre".
El deseo de ser más veloz que ella se apodera de sus pies y comienza la carrera
Media zancada de liebre equivale a cuatro del viajero, él lo sabe, pero el niño que lleva dentro desea correr, correr y correr detrás del mamífero aterciopelado.
Salta piedras, atraviesa charcos , zigzaguea matorrales , se desliza por el barro y sonríe confiando en el exito de su hazaña. Las probabilidades son pocas, pero el niño le incita a seguir corriendo...
Unos metros más allá, la liebre hace un quiebro y se oculta en su madriguera.
El adulto, cansado y con el pecho apunto de estallar por el esfuerzo innecesario, retoma su camino y se ríe de si mismo al recordar la escena que ha vivido. El juego ha terminado y ha de continuar la etapa.
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Algunas horas despues, entre robles, aparece un novel corzo...
El viajero ha aprendido:
se sienta con sigilo entre la hierba
cauteloso
observa con calma el ciclo de la vida
foto: internet