Se le llama glass o glassy al estado en el que se encuentra el mar cuando el viento no sopla, las olas rompen ordenadas abriendo definidas y con un período de espera lo suficientemente alto como para no tener que tragar serie tras serie después de haber cogido una ola.
Precioso baño ayer tarde en la playa habitual, bastante gente en el pico, pero desde el primer momento decidí quedarme un poco más separado del bullicio y esperar en un lado aquellas olas que los demás no quisieran o que por ser sus tablas demasiado cortas o carentes de volumen no pudieran coger.
Las olas estaban preciosas, un poco tendidas, con bastante agua por estar la marea alta pero increibles tanto de ver como de tablonear. Y digo tablonear y no surfear porque es en días como el de ayer cuando uno parece estar tocado por alguna suerte de gracia divina.
Ayer, con el tablón pude disfrutar, cual montaña rusa, de una ola tras otra, una tras otra, hasta que los brazos, la espalda y las piernas no pudieron remar más.
Y en medio de todo este atractivo de olas y remontadas, hubo una ola, que quedará en mi mente durante muuuuuuuucho tiempo....
Colocado en el codo izquierdo del pico, remé lentamente hacia la orilla y cuando noté el maravilloso empujón oceánico, me incorporé con calma.
No era una ola excesivamente grande, pero el pico se formó delante de mí y debido a mi situación y la ventaja añadida del long ( ya que con shortboard solo me hubiera cansado al intentar remarla) comencé a fluír.
La pared se formaba lentamente al ritmo que el fondo arenoso le marcaba, la masa de agua emergía de lo profundo y se abría lentamente mientras mis pies se cruzaban hacia la punta.
Sólo faltaban dos pasos, dos pasos... mis pies estaban juntos en el centro del tablón decidiendo cual iba a ser la siguiente acción ( avance o retroceso? )
Mi mente se aquietó, mi cuerpo se inclinó hacia delante y apenas en milesimas mis pies avanzaron hacía la punta.
Dos pasos, sólo faltaban dos pasos ...y los pasos fueron dados...
Sin embargo,no fueron suficientes!
Tras inclinar la mirada hacía la tabla percibí que al dedo pulgar de mi pié más adelantado todavía le faltaba una cuarta para llegar a la punta.
Miré de nuevo a la ola y la pared seguía surgiendo.
Un rayo de sol, un pequeño rayo de sol iluminó su cresta con los brillantes reflejos del cielo y mis pies, sin yo quererlo, siguieron caminando.
Un pequeño paso con el pié trasero permitío que su compañero derecho avanzara hacia la punta y fué en ese momento cuando una sensación de ¡ostiaputaentoyenlapunta!!! me invadió
La emoción comenzó a fluír por mis venas.
La plenitud y el oxigeno llenaron por completo mis pulmones y un grito de ferviente alegría salió de mis adentros.
No me lo podía creer, por primera vez estaba haciendo un HANG FIVE ( no pude evitar mirar un momentito a los pies para corroborar si era sueño , ilusión o realidad) y no un "intento" de hang five como habitualmente me ocurre...
Pero esta vez no era intento, era un hang five!! por debajo los dedos de mi pié derecho no había tabla, ni foam ni epoxy , solo , unica y exclusivamente aire y agua....
y sentí la ingravidez...
No hubo giros, ni uno, ni botton ni rentrys simplemente el tablón fluyó sin fin...
Un tablón y un pulgar en el aire convirtieron esos 4 o 5 o 6 segundos en días, años , lustros hasta sentirlos eternos.
Y fluyó, y fluí y sentí la máxima expresión de ingravidez que haya podido experimentar hasta ahora sobre una tabla...
LOVE&LONG!!