A LA SOMBRA DE LAS PALMERAS....

El Buen Oasis existe sólo ahora

Mañana las dunas serán otras, igual que otras serán las olas que ya no cogeremos.

El buen oasis es un estado para desconectar del tiempo y del espacio.

El buen oasis es ese estado en el que tienes ganas de reír , saltar , gritar, llorar...
ese estado en el que de repente eres consciente,

Eres AMOR , eres sólo energía
y
fluyes elegante!




Sobre las olas el tiempo se hace eterno

No son más que apenas unos segundos lo que dura (de media) las olas que, habitualmente, la mayoría de amantes del deslizamiento cogemos. No más que el tiempo que te ha llevado leer hasta aquí .

Salvo que vivas en un paraíso de fondos fijos y vientos off shore constantes, la mayor parte de los días las olas que podrás coger serán más bien cortas.
Una buena bajada, algo de pared, un giro y fin del espectaculo.
De nuevo a remontar.
Quizás un día "bueno"  sientas  un poquito de flow subiendo y bajando un par de veces a lo largo de la ola, un buen reentry , vuelta a la espuma, algo más de pared y de nuevo fin del espectaculo.

Pero aunque no tengan nada que ver con lo que estamos acostumbrados a ver en los videos de surf, esos minimomentos están cargados de un halo especial.
Nuestros sentidos permanecen alerta y cargados de adrenalina y son capaces de percibir muchas más sensaciones durante el recorrerido de una ola que en cualquir momento de rutina , y en ese ir y venir de emociones, el tiempo parece ralentizarse y convertir ese regalo del presente en un momento mágico y eterno.

El tacto roza la piel del oceano con la palma de la mano, con las gotas que te salpican la cara y con el frescor que genera el Atlantico en la punta de los dedos del pié. El mar te golpea al caer igual que tu le golpeas a el. Se trata del placer del roce, de sentir el mar y que el mar te sienta, de conectarte con el padre océano a través de la piel.

El olfato llena tus pulmones hasta expandirse en esencia de mar. El olor a mar abierto transportado por la brisa marina consigue que tomar una bocanada de aire fresco se convierta en ritual de libertad e incluso con el fin de dedicarle por un momento toda la atención a este sentido, cierres tus ojos y tus pulmones hagan explotar tu pecho en plenitud salina.

El gusto viene acompañado por la adicción a la sal, el sentir su agradable picor en nuestra lengua, el dejar que sus miles de sustancias rebosen tu boca, llenen el paladar e incluso gargareen jugando entre las blancas perlas de tu boca..
Acariciar con la punta de la lengua las gotas marinas que adormecen sobre la tabla en periodo de espera o en la intimidad, recorrer un cuerpo atractivamente seco pero todavía, atractivamente salino, nutrirá a tu sentido del gusto de enorme placer.

El oído se estremece al oír romper las olas.
Suaves en la orilla en una noche de verano o atronadoras en el más cruel de los temporales del invierno, la mente se aquieta cuando cantan las sirenas y estimulan la escucha atenta de aquel que se despierta a pie de playa con el melodico y constante sonido del mar

La visión de un mar glassy, cristalino y azulado, rozado por el viento terral de primera y ultima hora  te hipnotizará entre las fotografías y videos de ese idilico baño que siempre estará guardado en tu memoria pero  nunca será grabado por los objetivos.
Las tonalidades generadas por el sol radiante de mediodía, el juego de las nubes con las nubes o el reflejo de los cirros sobre la superficie marina , transportan del cielo a la tierra, invisibles tonos violaceos y rojizos que te perturbarán hasta que tumbado en la cama, ya con los ojos cerrados y la vista cansada, sigas soñando con ellos.

El surf es sentiminento, por eso en ocasiones, es inexplicable.

Surf&Love
mou